tag:blogger.com,1999:blog-976956081384467732024-03-21T09:36:10.863-07:00Desiertos compartidosrocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-45951101201252564582022-11-10T08:13:00.001-08:002022-11-10T08:13:49.390-08:00¡ DÍ CONMIGO QUE NO!<blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">No, no, no, no, y no. Di conmigo que no. Hazme caso, ahora yo tengo la razón. Antes también. Pero hablamos de ahora, querida, querido" </span></p></blockquote><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Hay personas, como yo, que nos encendemos cual volcán cuando vemos, vivimos, sentimos una injusticia.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Ni siquiera es necesario que sea yo la víctima. Sí, ha sido requisito, pilar, que haya sufrido muchas; tengo la piel tatuada con sus marcas desde que tengo uso de razón; como fundamental es haberlas superado mejor o peor. A revolcones, en silencio. Peleándome conta mí misma dentro de una piscina viscosa de bolas gigantes, a ciegas, sin saber donde estaba, solo sintiendo como quemaba esa especie de gelatina penetrante, maloliente y pegajosa de la piscina, mientras trataba de escapar.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Pues, ñoras, ñores, ¡he salido de la piscina ¡hasta con mejor color de cara! Más bronceadita y divina por dentro. Puedo explicar el largo camino, lo de los que siguieron a Moisés, es un paseo, al lado de mi desierto; pero pá qué. El caso es que estoy fuera. Y te digo: ¡NO!</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">No en neón, no en silencio, no en tu presencia y en tu ausencia; no porque no me da la gana, no porque he descubierto que me quiero una jartá; porque he conseguido saber que el felpudo ya solo es el que está a la puerta de casa. ¡Te juro por Dios que yo con ese cosa ya no comparto un solo gen!</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">De tal manera, que si vuelves a intentar pisarme vas a acabar diciendo conmigo que es imposible: no se puede, querida, querido, con quien nada tiene que perder salvo su paz, su vida y su alegría. No, no se puede. Llevaba años convencida de que el felpudo y yo compartíamos, nos ponemos en un noventa por ciento de los genes, pero hete aquí, que, evidentemente ¡NO! Di conmigo que no.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">He callado hasta la lágrima solitaria que pesa toneladas, he callado cuando sabía que tu reías muy al margen de ello, y conociendo de mi estado. ¡NO!, no te importó, y yo me puse debajo para que tu continuases pisoteando mis venas, mi pulso, mis horas, mis desvelos, las noches sin dormir, y los días de vacío.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Ahora: ¡di conmigo que no! Que si aprietas, y pisas, muerdo, y te rompo en dos sin tocarte. Se impuso la inteligencia, el sentido común, la defensa propia, llámese equis, pero al cubo ¡al cubo!, o a ene, for example......Tú, tú, tú, tú, también tú me habéis robado tantas horas que ya os conozco. Era mecanismo básico de joder por joder, basado en mi silencio, y mi tendencia a la culpa, que creía innatas, y lo uno que retroalimentaba a lo otro, y lo otro que enredaba con vosotros: todos los feos, todos los malos que han salido indemnes de tan desagradable masacre.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Pero, ¡Ajay, colega! los que todavía tengo a tiro, decid conmigo ¡que no! Que esta que suscribe ya no cierra más la boquita, que acaba ahogándose literalmente, la criaturita; donde, evidentemente la criaturita soy YO. No tu yo. NO el yo que para ti de mi te has inventado. Jajajajajajaja, ¡di conmigo que ya no! Me he mirado al espejo y no estaba ninguno de vosotros ¡por fin! Estábamos mi honestidad y yo, pero ¡coño! con una escopeta de caza mayor cargada!</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Ni se te ocurra volver a mentirme, ni se te ocurra volver a confundirme, alienarme, utilizarme, mal tratarme, burlarme, conformarme con promesas que explotan como el globo....¡que no!</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">¡Di conmigo que no! Que esta se ha revolcado por el miedo, la rabia, el dolor para salir ganando, y ¡oh, sorpresa ha salido a cazar mastodontes, pasados, presentes y por venir. Tenía razón el puñetero Carlitos, como siempre, y otros que también me explicaron de estas cosas, pero yo nada, hija de mi vida a seguir revolcándome en el lodo pestilente porque me habíais convencido demasiados que era LEY.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">¡Y ocurrió!</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;"> ¡Ocurrió que por fin de los porfines más estupendos del mundo te digo no, y no te va a salir gratis! Sorry, necesito invertir en mi, quitar las heridas de la quema.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">He salido de la barbacoa, y vosotros ¡sí o sí! dejáis de darme vueltas en ella con las pinzas. por cierto, ¿sabes que duele una barbaridad?</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Estáis despedidos, sin finiquito, ni derecho alguno a readmisión. Eso sí, todos tenéis invitación de plomo grabada para el cadalso. La pistola cargada, metralleta de precisión no va a fallar ni una sola bala. Dicen que soy inteligente vosotros no, claro, vosotros os habéis limitado, desde que tengo uso de razón a actuar desde, con contra desde hacia por, para, conta mi.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Pues ha llegado, ñoras ñores la mascletá, y ahora vamos a reírnos todos, yo más (qué gusto que ese vicio de vivir carcajadas me corre por mis venas morenas) sobre todo yo.</span></p><p><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">Todos, toditos, todos, ahora que llegué conocer de verdad de la buena la maldad que sí que existe, te lo juro por Snoopy, nos vamos de feria. Vosotros de peluches sintéticos ahora, y yo con los balines. ¿Qué te apuestas?</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: Dancing Script; font-size: x-large;">¡¡¡¡¡DÍ CONMIGO QUE SÍ!!!!</span></p><p><br /></p>rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-6272681099642163932016-10-12T03:28:00.000-07:002017-12-14T10:53:37.219-08:00Hoy, fecha tan señalada<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Hoy,
fecha tan señalada, felicito a España y a todas sus pilares. Me felicito, nos
felicito también, por muchos de nuestros pilares. No nos olvidemos —que se nos
va de la mente con muchas prisas— del sumo respeto y admiración que merecen
estos. Lease tortilla de patatas, jamón de recebo o la misma sardina a la que, con
toda su magna personalidad, no se le conoce un solo delirio de grandeza,
oiga. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Costas,
parajes y ciudades de quitar el hipo; libertades, licencias, excelencias y
paciencias desconocida en otras latitudes. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Todo
esto se nos va de la razón y los sentidos con una facilidad pasmosa. Es
escuchar a un Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, a una rtal Susanita, o a tantos otros de la
misma estirpe y pelaje —lo mismo me dan las siglas que los bautizan; me
reitero: mismito pelaje—, y oye, que se te olvida hasta la madre que te parió. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Que yo sé que en esos momentos solo te acuerdas de las madres que los parieron
a todos ellos, cosa muy normal, muy humana, por otra parte. Y, sin embargo,
oye, a mí, que ya me merecen la pena solo por escuchar luego los chistes y por
ver las viñetas de Forges, por ejemplo. Y en este punto hago mención especial y agradezco sºu existencia a los artistas nacidos y criados en la redes. Reyes de la ironía y el mejor humor español. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Por
cierto, que digo yo, dos cosas:<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Una:
se me van a mojar hoy la reina consorte y su modelazo, porque aquí en Madrid,
en día tan señalado, nos ha amanecido cayendo mucha agua. Bueno, y las
melenitas de las dos nuevas meninas no me brillan lo mismo sin sol; una
pena. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Dos:
Pilar Bardem; ¿tú un día como hoy celebras tu santo con las amigas en el VIPS, o emigras a Gibraltar —por decir un sitio allende las fronteras—
hasta mañana?. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Oye,
yo qué sé<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>. Quieras que no, el desfile se te desluce un
montón con los paraguas; y el tema de la Bardem es una curiosidad que yo tengo;
que la mujer tendrá su vida, sus costumbres, que lo mismo aprovecha que es
fiesta para estar con los nietos viendo el desfile por la tele, y estoy yo aquí
deslenguando sin necesidad. Vaya usted a saber.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Pero
bueno, lo que es cierto y verdad es que a mi me gusta una barbaridad ser
española; me siento cómoda. No sé como decirte, es una sensación ya de estar en
casa con las zapatillas tumbada en el sofá; algo así. Porque me digo yo: a ver,
con lo viejecita que es España, que lo es, con lo que nos repetimos a lo largo
de la historia, porque nos repetimos una barbaridad, ¿no es más una cuestión
como de ir adaptándose a las circunstancias sin exasperarse más de lo
inevitable? Digo yo; que no sé, ¿eh?; que yo no quiero ofender a nadie, y esto
son cosas muy personales.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Porque,
por ejemplo, a mi vecina le gustan <i>Sálvame</i>
y las telenovelas; un amigo que yo tengo de toda la vida se ve todos los días
el canal cubano, y otro se chupa la versión política del <i>Sálvame</i> que ponen en la Sexta, con su Javier Sardá y tó sus avíos.
A ver: ¿quiero yo menos a mi madre?, ¿me gusta menos su guiso de papas con choco? Oiga, pues no. ¿Soy capaz de soportar —y
con pasión, como lo hace mi amigo Arturo— el canal cubano y su consecuente
cineforum? No; rotundamente no. Me declaro absolutamente en rebeldía por
incapacidad plenipotenciaria. Pero Arturo y yo no nos peleamos por esas cosas,
ni siquiera discutimos ya, a estas edades, sobre lo razonable o no de su
comunismo-rojeríocongénito severo. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Oye, como si lo suyo es enaltecer al Cristo de las Cinco
Llagas. ¿A mí qué más me da? ¿Que lo veo menos que a otros por una cuestión de
comodidad mental? Oiga. pues también, pero ya está. Respecto al que ve los programas
estos tipo <i>Sálvame</i> en versión pretendida del Congreso de los Diputados y aledaños, ¿pues no hay gente que se informa de esa
supuestamente única realidad en las redes sociales? ¡Haga usted de su capa un
sayo!<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">¿Firmas
contra el <i>Sálvame</i>?, Hum…No lo veo, no
lo veo. Quiero decir que no veo yo así como muy razonable la recogida de firmas
contra una cosa de este tipo, existiendo, como existen, el botón de cambio de canal y el de
apagado; existiendo, al mismo tiempo, la tan ajada, por manoseo inapropiado,
libertad de expresión. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Máxima constitucional que tenemos muy por costumbre
usar para casi todo, menos para ponerla en práctica. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Salvo cuando los argumentos razonables se acaban, que, en estos casos, es recurso muy valorado en según que círculos colgársela cual escapulario de plástico.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;"><br /></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Es
como lo del referéndum independentista de Cataluña.Vale, sí, me entretiene
verlos ir y venir del Constitucional al Parlament y de ahí a la Diada
propagando la Catalanía desatada; pero ya está. Quiero decir: que salga de esto
un «fusílenlos a todos», o convertirlo en una tertulia de café con amigos, o
conversación de ascensor, pues tampoco. Ya no. Al principio, mira, no te digo
que no, por la novedad y eso, pero a estas alturas de la película... me marea.
Nuevamente, prefiero aquí las ocurrencias cómico-artísticas nacidas al amparo
de tanto desvaríe dialéctico.<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Que
hay que echarle una mijita de sentido común a las cosas, me pienso. Y
enmarcarlas en su justa medida, oiga, me parece a mí. Callar más y despotricar
lo justo. Que ¿dónde si no podrían haber nacido don Alonso Quijano, don Camilo
José Cela, don Miguel Delibes, o el mismísimo fandango? ¿Que te va más el tema
muñeira? Estupendo. Mientras no me los pongas a competir, a mí me vale. Que no
es por ná, pero es como poner a competir, qué te diga yo… el gazpacho con la
sopa fría de melón, o la perdiz escabechá. Y que ¿pá qué?<o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">A mí,
personalmente, la bandera española lo que es estéticamente no me gusta, pero
nada más que por la mezcla de colores. No me sirve tampoco para defender causa
alguna, salvo la alegría de haber nacido aquí con todas nuestras miserias y
nuestros grandes honores. De fútbol no entiendo un pimiento. Ahora: llega ese
mundial y yo me pinto de rojo y gualda hasta que te diga yo...Y me divierte que
gane España ¡Pues claro que sí! Hasta ahí podríamos llegar. <o:p></o:p></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<br />
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 13.5pt;">Y
como defiendo el carro de Manolo Escobar porque no es incompatible con el resto
de realidades, no me pidas que me identifique con donde nací al punto de
cegarme la sesera. Yo solo ejerzo de española en el extranjero, y a enorme
honra. Aquí no me hace falta, que estoy en casa. Ni me llames cosas raras por defender
que me gusta ser española, porque, diga usted, lo que diga, es un gustazo; y lo
demás, abalorios transitorios y mutables. Esos mismos que nos hacen grandes y
libres con el tiempo. Que no le otorgo al caudillo el honor y el privilegio
inmerecido de apropiarse <i>ad eternum</i>
de expresión tan bonita y malograda.<o:p></o:p></span></div>
</div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-44367689576235155862015-12-28T00:59:00.003-08:002015-12-28T13:18:59.299-08:00Hombres de café con leche, ¿quíen dijo hombres?.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJn6PjwwOBuWCDB7LdX0c6ASdLENluTmsicDlNub2xx78B8NAcz6vfQ2hQhA3bS13_sCsxd8KwKmMAUq-wdCPHNf6GsNkxUAuXTvwCYWaQGs2DYyI5qOJm62jhSiGy2zhpsfMnkXto2EQ/s1600/23937499041_acb27eb6fc_k.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJn6PjwwOBuWCDB7LdX0c6ASdLENluTmsicDlNub2xx78B8NAcz6vfQ2hQhA3bS13_sCsxd8KwKmMAUq-wdCPHNf6GsNkxUAuXTvwCYWaQGs2DYyI5qOJm62jhSiGy2zhpsfMnkXto2EQ/s320/23937499041_acb27eb6fc_k.jpg" width="320" /></a></div>
Puede ser un trauma, no les diría yo que no les falta razón, y sobretodo, les asiste el derecho a pensar con total libertad lo que les venga en gana, ¡faltaría más!.<br />
Bien, pues una vez marcada esta necesaria e insalvable distancia entre ustedes y yo, por aquello del respeto sumo, expongo mi teoría: "no me fío de los señores que toman café con leche por la tarde". Y si ese café, es descafeinado y contiene dosis de leche suficiente para convertirlo en una especie de brebaje infantil de consolación, pongo por caso, el señor que lo consume, queda drástica e inexorablemente eliminado de todas sus remotas posibilidades.<br />
<br />
No pretendo con mis palabras, así me asistiesen todos los cuerpos celestiales en tan horrenda empresa, convencer a ninguno de ustedes de nada. Mi humilde fórmula es tan certera y práctica para mí como poco pretenciosa.<br />
<br />
Me explico. Yo, que suelo ir de soltería en soltería con bastante asiduidad; yo, que no reparo en el tipo de hombre, sino en lo que cada uno de ellos provoca en mí; yo, que ningún rencor o cosa parecida conservo hacia ninguno de los que han parcheado con más o menos fortuna esa soltería mía, perenne e intermitente; yo, he descubierto que los de café con leche a media tarde, "largo de leche y muy cortito de cafe´", no tienen la más mínima posibilidad de convencerme de nada.<br />
<br />
Sea una cuestión estadística, que puede ser, sea superstición urbana y generacional, sea lo que quieran que sea, es increíble corroborar, de forma casi aburrida, como en todos los casos que puedo recordar, la razón me acompaña. ¡Y, oigan, una cosa!, que también hay quien se rige por los signos zodiacales del periódico.<br />
<br />
No hace mucho he tenido la última ocasión de comprobar mi teoría. Y me ha servido esta vez para asentarla como axioma. Pongo por caso que es usted un caballero, y yo le hago tilín; uno de los dos propone quedar a tomar un café; yo le preguntaré: "¿y cómo te gusta tomarlo?", ya como de previos y para no alargar cuestiones abocadas de, y por principios, al fracaso. La respuesta será sincera, pues usted no va a reparar en la trascendencia de la cuestión, claro. Si el test _aparentemente absurdo, me consta_ da positivo, téngalo claro: ¡no cuente conmigo!. No vamos a perder el tiempo ni usted ni yo.<br />
<br />
La última ocasión, como les contaba, de procurar acercar posturas a un hombre de café con leche, ha agotado cualquier otra posibilidad de intentona. Tanto devaneo por el mundo de la leche manchada calentita me ha enseñado que estos señores andan mucho más cerca de la teta de su madre que del mundo femenino con todas las letras. Suelen ser pusilánimes y quejicas, quejosos, incluso, de cuanto les acontece.<br />
<br />
Suelen tener miedo a casi todo, y al mismo tiempo intentan ser repulsivamente mandones. Contienen a duras penas sus impulsos torpes por mirar detrás del sujetador mientras se confiesan poco reprimidos y sumamente respetuosos.<br />
<br />
El mundo el hombre de café con leche suele ser un mundo reducido, un mundo de pantuflas de paño y de cuadritos, un mundo de represiones vivas y sentimientos mortecinos. Pulsiones mundanas y caprichos escondidos a modo de pecado. Sí, sí, son esos que se acuestan con las rubias, o lo pretenden, y conservan dentro de casa en formol a sus morenas de permanente arcaica.<br />
Repudian sin compasión la quietud de sus esposas, pero ¡ay de ellas si se les ocurre mover un dedo!.<br />
<br />
De hecho, me creo que yo para mí, que ni uno solo de los hombres que pisaron la Nueva España en sus comienzos mezcló el café que allí encontraron leche alguna.<br />
<br />
Y añado: si usted gusta de tomar café con mucha leche a eso de las seis de la tarde, incluso en verano, pero no se siente identificado con ninguna de mis cuitas; si todas ellas le resultan tan absurdas como peregrinas, por favor, hágase ver, será todo un placer romper esquemas, está usted invitado a lo que quiera, incluso si es descafeinado.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-3129962378659086642015-12-22T12:24:00.001-08:002019-12-26T11:15:55.715-08:00Cumbre sin campo base.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYyCVfJOGkPeCuk3gkgRa3A24EymkRPQAppC_cnYjqqVZPAI_-Yw1lKvfjEZuWNybTDDDZ_Ch2Lg8UUhtDKsFxH9vL73zBV7l2TSoEjIAKM2wbUe3tu0HuZrqA-eSsz0OZLsYnKEcuETU/s1600/mexicobasura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYyCVfJOGkPeCuk3gkgRa3A24EymkRPQAppC_cnYjqqVZPAI_-Yw1lKvfjEZuWNybTDDDZ_Ch2Lg8UUhtDKsFxH9vL73zBV7l2TSoEjIAKM2wbUe3tu0HuZrqA-eSsz0OZLsYnKEcuETU/s320/mexicobasura.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Voy a hacer varias afirmaciones con las que no todos ustedes van a estar de acuerdo, con la ventaja de que, a la edad que tengo, esto, y perdón por la grosería, me importa cero sobre cero. Osease: ¡un bledo!<br />
<div>
<br /></div>
<div>
La mayor parte de la gente de a pie _ una mayoría "absurda" según quien_, pero lógicamente aplastante, no está verdaderamente preocupada por el calentamiento global de la tierra, solo les gusta hablar de ello en barras de los bares, reuniones familiares y similares. Y no a todos. Mientras piensa concienzudamente en sus verdaderas zozobras, y asuntos pecuniarios.<br />
<br />
Si fuese cierto que la inquietud respecto al deshielo y el cambio climático nos provocase la desazón que pretenden ridícula y artificialmente los medios de comunicación, y ciertos intentos políticos, estudiaríamos el tema con ahínco. Financiaríamos expediciones y estudios científicos serios, en vez de partidos políticos, u ong's peregrinas de tantos colores y pelajes, tan de moda, tan socialmente "aceptables". Algunas realmente prácticas, otras de dudosa utilidad, y feas bambalinas -la gran mayoría-.<br />
Gastaríamos menos en lotería en "fechas tan señaladas", y dedicaríamos más tiempo a leer y a aprender como se abastecen, de verdad, los países que no son éste, ni el de al lado de la tribuna tan cercana de ese malnombrado "Occidente".</div>
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<br /></div>
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¿Qué comen en Sumatra?, ¿cómo visten y construyen sus casas en Gurvansaikhan?; ¿le importa mucho a nigerianos y etíopes como nos lo montamos nosotros en tema combustible y bolsas de supermercado, por ejemplo?. La masa acogotada por la miseria, la paupérrima existencia de una enorme población mexicana ¿tiene de verdad sus ojos puestos en la capa de Ozono?<br />
<br />
¡Venga ya, con tanta monserga!</div>
<div>
<br /></div>
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Y lo que me parece más trascendente, ¿cuántos de nosotros conoce a ciencia cierta los acuerdos y manejos de los foros y despachos que tienen mano real en todo esto?. Evidentemente no hablo de ruedas de prensa fastuosas y modélicas en declaraciones. ¿Cuánto dinero se pierde en estas idas y venidas de la realidad científica a su traducción política, y hasta editorial de mano de tanto inepto infumable?</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Si fuera cierta tanta desazón, no daríamos saltos tan grandes, y a diario ante el desconocimiento rotundo al derrotismo más absoluto. Pasados los titulares de las cumbres del clima, y propuestas ridículas del tipo "Concurso Infantil de Recogida de Colillas en las Calles de Madrid", quedan cuatro señores y tres señoras, trabajando por saber la verdad del barquero; el resto, pasamos a otros titulares del momento: léase elecciones generales, atentado yihadista de tanta relevancia como fugacidad en nuestras conciencias; o último caso de maltrato, de ese que llaman "de género".<br />
Admitámoslo, todo se nos cae con urgencia inusitada en el mismo saco del exceso de culturilla de pasillo.</div>
<div>
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<br /></div>
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<br /></div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-6229725756875874972015-09-11T02:49:00.003-07:002018-01-13T14:04:17.458-08:00Mis odiados políticos de costumbre, dádme la paz.<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Oír por la
mañana, con regustillo de café, a mis odiados políticos de costumbre, a mis
políticos tan caseros como las baldosas de la cocina y la alfombrilla del baño,
hay días en que me reconforta. Y cuenten lo que cuenten,
curiosamente. Suceda lo que suceda, a más inri. </span><br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y mira que cosas graves
ocurren, señoras y señores, a día de hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Yo, que soy
animal de costumbres, de las buenas y de las malas, es lo único que debo a
nuestro ruido diario: esa especie de seguridad al despertar que me produce el
que ellos siguen ahí, en sus tribunas. </span><br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es un más bien pensar, absurdo; puede
ser, “uf, pues la cocina no la dejé anoche tan sucia, parece que mi jefe no
está muy cabreado,uf, y qué bien ninguno de estos inombrales ha declarado todavía la
tercera guerra mundial, todo bajo control, voy a ver qué tiempo va a hacer,
echo un vistazo al Facebook y a ver qué me pongo”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Volveré,
probablemente, a racanear tiempo después de la comida y cogeré el metro por los
pelos, puede ser, es bastante probable, seguiré pensando hoy, yo que sé, cosas
como por qué las feministas insisten en qué las menopáusicas se pongan en celo
químicamente por narices, que yo no lo entiendo, pero bueno; seguiré dándole
vueltas como esa cancioncilla que a veces se nos queda pegada en el cerebro, a toda
clase de cuitas, como esa, o cómo y por qué no se nos jubila gloriosamente, o al
menos decentemente, don Felipe González, o cuánto dinero tiene Ángela Merkel de
verdad y si ha leído alguna vez, aunque sea por encima, el <i>Mein Kampf;</i> ¿en qué clase colegio estudiaría esta buena señora, ¿cómo era su hogar?, ¿se ha planteado alguna vez hacer dieta?, ¿qué habla por
teléfono con el señor Obama?, ¿se depila las piernas alguna vez después de
pasearse con aires de Papa de la Edad Media por toda Europa, o pá qué?, oye, yo
qué sé…_que de alguna que otra famosa sabemos antes que ella a que hora tiene
cita en la peluquería, o no, pero que si queremos tenemos acceso a esta
información.</span><br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sus gustos literarios;de la Merkel, digo, ¿los tiene?, ¿habla con
China?, y lo más desconcertante para mí, perdón por mi osadía, si lo es, pero
¿es cierto que existe la comunicación entre ella y nuestro inefable Mariano
cuando caminan idílica y parsimoniosamente hablando en inglés, según nos
cuentan los cronistas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Seguiré
pensando para mis adentros cosas de lo más estrafalarias una vez expuestas en
público, algo que no hago más que con mis íntimos. Seguiré preguntándome cosas
ya sea sobre mi vecina, o compañero de trabajo; o sobre las singularidades sociales de un país conocido, la misma Iglesia católica o
el tallaje de las bragas. </span><br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Con bastante asiduidad de este asunto, que
verdaderamente sí me preocupa por lo práctico del mismo, suelo pasar a
preguntarme por qué no se inventa nada nuevo en el vestir que nos sorprenda sin
horripilarnos, y al mismo tiempo nos siente bien así, en general, habiendo como
hay tanto personal y dinero dedicado al tema, en fin… así es mi cabeza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, insisto, que gusto a veces oír bien temprano al ritmo del aroma de café a mis
políticos ignorantes, o demasiado listos y consentidos; yo me inclino por lo
segundo, aunque no lo secundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Yo, tan
revolucionaria de por mí, de cosa de cuna, genes, de qué más da, de que así soy
yo, y a estas alturas pues ya lo sé y no me enfado, y aún mucho menos discuto
sobre el tema: tamaña grosería para conmigo misma y para con todos a los que
verdaderamente aprecio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pues eso; esa, yo, agradezco tanto a veces que mis queridos y mediáticos tertulianos y
presentadores sigan dando micro con tanta indecencia, consentida y
subvencionada también, cómo no, a estos señores y a estas señoras, —que por más
que insista este igualitarismo lingüístico moderno con el que se pretende
absurdamente hacer respetable la condición femenina— yo solita me autorizo a no
utilizar robótica y absurdamente el “ñoras”, “ñores”,el, que digo yo…: médicas seguido de médicos, el “as” “os”, en
definitiva, martilleante de los discursos en boga, y que tan nerviosita me pone.</span><br />
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Me gustara a mí saber, por cierto, cuántas y cuántos de estos que lo
discursean, y aún cuántas y cuántos de aquellos que los “asesorean” le han dado
un repaso a la gramática del castellano. Aún lo pondré más fácil: ¿cuántos han
visto hablando así a alguien en una cafetería de Cuenca, en una parada del
autobús en Valladolid o en un AVE Madrid-Sevilla?. Se admiten apuestas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El teatro
cotidiano, este folklore casi mundial, no estaría bien servido ni aún existiría
sin la inestimable colaboración de nuestros queridísimos, ilustrísimos, y
admiradísimos —esto último sí que es incomprensiblemente cierto— periodistas.
Esos hilos conductores de titulares perfectamente equiparables a los
estribillos de las canciones más subvencionadas, por ende, más conocidas por
todos. Muchos no sabemos qué dice la canción, no sabemos el titulo ni el autor
de la música ni la letra; es más, muchos ni siquiera sabemos quienes narices
las cantan, pero el estribillo, ¿el estribillo? E<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>se nos
lo sabemos todos. Y solemos tener bastante facilidad para asociar rostro
cantante y estribillo. Aquí también se admiten apuestas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-44662339449646375192014-09-23T23:06:00.002-07:002015-10-20T05:58:43.612-07:00Es viernes, ¿nos hacemos uno?<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Anoche recibí un whatsapp de un señor con el que algo hubo. Viernes, tarde de amigos y de copas. Viernes noche: ¡toca!</span></div>
<br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hallábame yo, pues, con Bach en todos los sentidos y en ubicación perfecta de sofá, charlando con un amigo de lo efímero de la existencia y lo importante de buscar la felicidad en uno mismo, sin pretender imponerla al de al lado, más que nada por tratarse de un esfuerzo fútil y sin sentido.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Habitualmente mi teléfono —ese invento hijo de dios y del diablo al mismo tiempo— en este tipo de circunstancias está mudito. No fue ese el caso de ayer.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"><br /></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span>
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Transcribo: «Estoy por tu antiguo barrio tomando unas copas, qué haces». Mi respuesta fue más allá del simple saludo. Trataba yo de trasladarle el momento tan agradable en que me encontraba. Detallé la felicidad de un viernes sin pretensiones ni barullos; hice hincapié en la alegría sincera que me daba que anduviese cerca, e incluso me ofrecí a un encuentro.</span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">«Quiero follar», leo, no sorprendida, pero impávida. «Yo también», jugué. «¿Sí?, ¿conmigo?, ¿a cambio da nada?». «¿A cambio de qué habría de ser?» «¿De una relación amorosa?", pregunto. «Sí», se defiende. «No, no te preocupes, ya no me interesa», miento mientras voy tomando plena conciencia, con satisfacción, de que efectivamente así es; perdone, es rigurosamente cierto: yo a usted no quiero volver a verlo.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No quiero una relación con semejante monstruito, pensaba, por más que mis hormonas hayan andado entretenida con su entrepierna un mes; es que a veces me confundo. Y me confundo mucho.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por el simple hecho de ser mujer, o quizá por el simple hecho de ser yo, tengo una habilidad pasmosa para confundir mis partes íntimas con lo más íntimo y preciado que tengo, que no dejo de ser yo misma y mis sentimientos.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"><br /></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span>
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Con gran rapidez, en definitiva, equivoco amor y sexo. Yo sí. Este vagabundo del porno de anoche se ve que no. Y es grave el caso suyo, pienso, oso, aludo. No es nada agraciado físicamente, de carácter hummm, digamos... ¿agrio?, de extraña verborrea e incultura de estudio.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pero este señor, que merece como ser humano todos mis respetos, no es el problema. El problema era yo. Y digo «era» porque por suerte he cumplido ya unos añitos.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sí, la cuestión es la siguiente: en mi educación infantil, el falo, como tal, no tuvo ni nombre; mucho menos, entidad o mera existencia. La adolescencia me pilló confundiendo el príncipe azul de Blancanieves y Sissi Emperatriz con las lecturas de Henry Miller y Anaïs Nin, amén de kunderas varios. Mire usted, oiga: de verdad, así no hay quien se entienda.</span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y andamos hablando de cosas muy muy serias. Incluso de reproducirnos en nuestros propios errores de pareja, o simplemente con el sexo contrario, una y otra vez. O aun más grave, y con muchas peores consecuencias: reproducirnos como especie. Recordemos que pocas, poquitas de nosotras, vamos por la vida sin el dichoso «reloj biológico» encendido. Y ese salta; ¡uy!, que si salta. Que se lo digan a mi draculín de anoche, que tiene partida doble de machitos.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Parte de su misoginia proviene de esta coyuntura. Para él, con pocas luces, criaturita, coyuntura mal digerida. Aunque diré en su favor que cuida torpe y zafiamente de su prole, pero con pasión y ahínco (tema será de otro momento la transmisión de valores educacionales padre-hijo, al respecto del tema que ando burdamente mascullando).</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Suelen subvenir estos casos en grandes cantidades de rencor y resentimiento. Me explico: viene ese mal vahío, que en la mayoría de las ocasiones perpetúa y se hace eterno, contra aquellas que tan bien la chupaban, a las que les saltó el despertador y ya para lo único que se suele hablar con ellas es para discutir sobre horarios, fiebres varias y dinero.</span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por bien de los años, mi propia experiencia y las de otros y otras que por suerte me rodean, ya sé salir indemne y elegantemente de estos torpes intentos y desvaríos.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En dos golpes de teclado táctil acabé con la calentura de mi amigo, apuesto más bien por una masturbación prehistórica y un ronquido; pero, bueno, eso ya no hace al caso; el pene y el tiempo eran suyos; y ya voy haciéndome a la idea, aunque me costó bastante en un principio, de que no siempre estoy presente cuando un señor se lo hace conmigo.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Yo continué en el mismo sofá con mis otros dos varones; recuerdo: Bach y mi amigo. Pelín tocada e imponiendo cambio de tercio en la conversación, pero sin grandes ademanes ya de «explícame tú, que también eres hombre, ¿de qué coño va este tío?» En absoluto; fue más bien un giro sutil hacía los abismos insondables entre tantos seres, hombres y mujeres, tan distintos.</span></div>
<span style="background-color: white; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><span style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;"></span><br style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;" />
<div style="background-color: white; font-family: Copse; font-size: 13px; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y toda esta suerte de capotazos sin cruzar la voz con el susodicho, que para eso tenemos el whatsapp, hijo igualmente de dios y del diablo, que a mí anoche me pareció el mejor invento después de la luz eléctrica. Esa que te aconsejan las amigas que dejes a medio gas con tus primeros intentos.</span></div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-54028558088101826032014-06-08T13:09:00.000-07:002014-06-09T01:18:47.947-07:00Y un punto sobre las íes de la belleza Olay.Yo tuve una amiga que no estaba interesada en los hombres de cierto calado, no conforme con su físico. Era más bien una guerra la que le tenía declarada al sexo contrario. De la cual, por cierto, los que la pretendían no tenían constancia. Radicaba la cosa básicamente en que como no le gustaban sus muslos, sus caderas, el trasero, y su pecho, no demasiado abultado, pues daba por hecho que nadie en este mundo le encontraría ni un sólo encanto.<br />
<br />
¿Quíen la convenció de todo aquello y cuándo?. He de suponer que su propia madre. De armas tomar, con tendencia a la perfección de los anuncios de los años setenta y ochenta. Piel Olay, tersura Avon, y piernas Marie Clair, (¿dientes Profiden se ha, por ende, suponer?).<br />
<br />
La pobre mía se enamoró, por creer que aquel era el único reducto disponible para ella, de un chileno desfasado, pero con mucho encanto. Pasado por drogas que no hemos de nombrar y alcoholes cuyo nombre daba igual. Recalado en nuestra ciudad con motivo de un evento cultural, aunque realmente el motivo me temo que desde su país se lo pintaron calvo, como anda él ahora, por cierto. Pablo,ese era el nombre del donjuan. <br />
<br />
Mi querida amiga fue ver que Pablo le cantaba ternuras y amores en noches trémulas de primavera, y darle al mismo cuerpo un revés y volverlo lleno de todos los encantos del paraíso. Eso sí, ella me contaba, azorada, que dormía con el neceser debajo de la cama. Para cuando él despertase no viese su rimmel corrido por la pasión, ni su piel estremecida por el sueño. Que agarraba la buena mujer aquella bolsita rosa como el naúfrago el flotador cada mañana. Con la buena fortuna de que por las características del enamorado tenía más tiempo para tales menesteres; pues su despertar era lentito, lentito, pastosito; me imaginaba yo, sin ningún permiso.<br />
<br />
Bien, Pablo duró muchos años. En todos los cuales hizo más que evidentes dos cosas: su politoxicomanía y su innegable y particular atractivo. Innegable porque a nada le decía que no mi amiga Sara, particular porque solo a ella le atraía tamaño esperpento importado.<br />
<br />
Al cabo de muchos años y muchos comas, Sara se vió limpiando calzoncillos en una lavadora destartalada de Canarias, mientras el susodicho tomaba copas en todos los garitos. Dos abortos y muchos cuernos después del inicio, calculó mi amiga que el tiempo se le venía encima con un descalabro enorme entre las costillas que lindan con el corazón, y el árido esqueleto de la tarjeta de crédito. Miró el reloj un día a las once de la noche y llamó a la península para hablar conmigo.<br />
<br />
Aquí las doce, claro está. En un invierno frío, yo bajo un enorme edredón, y encima de un libraco tremendo intentado meter más ruido que él con mis ronquidos. "¿Sí?, ¿quíen, dónde, qué, qué quíen?....". "Ay, Sara, hija de mi vida, que susto, estaba....". No me dejó decir mucho más. Pero susto, susto, ¡susto!, de Tarantino, y pocos más. Ni corta ni perezosa, aquel alma cándida que se paseaba por el instituto con dos trenzas indefensas ante tanto futuro, le había pasado por las partes íntimas al amigo chileno de la madre patria colombina tremenda cuhillada.<br />
<br />
Me puse de pie de un respingo tal que mi perro Colombo, _y este nombre no es broma ni redundancia, que se lo puso mi hijo por el teniente Colombo_ se me tiró encima a salvarme del teléfono, del edredón o del libro, o de todos al tiempo. Que andaba el pobre Colombito más despistado que yo ante tanto descalabro, desquicie e infortuna. Sobre todo esto último. Qué daño, ¡que daño!, señores, pueden hacer esos anuncios prometiendo a una madre subyugada a la dependencia de una belleza tan mentirosa como macabra, la prosperidad en el tarro de una hija tan despistada.<br />
<br />
Todavía hoy me pregunto dónde andaría el padre de mi amiga en aquellos años de adoslecencia en los que mi amiga era capaz de coserse los muslos con cinta de embalar cajas debajo de su chandal inocente de colegio de monjas, todito azul marino. Ese de las rayitas blancas a los lados. Todavía conservo perfectamente nítida la imagen de mi amiga entrando en la cárcel local, después del costoso traslado, adornado por los carísimos abogados de los padres. <br />
<br />
Y yo, que así soy, por encomienda de los genes, o del Santo Grial, si se me ponen, no se me ocurrió otra cosa que preguntarle a Doña Sara, si todavía hacia la cosita con su marido. Como si hubiese visto al diablo, me apartó de un zarpazo: "Vosotras, nunca tuve que dejar que se juntara con niñas como vosotras, como tú, mi hija, ¡que lo ha tenido todo!, que nunca le ha faltado de nada...¡Ay, Señor, ¿qué le ha pasado a mi hija?, Ay, qué calvario Manolo, loque nos manda el Señor, a nuestros años..., ¡Ay, Dios mío!...".<br />
<br />
Usted me perdone, señora, ahora que ya pasaron los años. Ahora que su hija está reinsertada en esta nuestra sociedad, más pá allá que pá acá, bien es cierto. Primero, o punto A: aquella pregunta en prisión no era más que puro nerviosismo, y ganas de saber si tanta entelequía basada en la Santa Madre Iglesia y el último anuncio de Loreal surtía su efecto al paso de los años. Dos, o punto B:¿ le compensaba a usted tanta tiranía por la perfección de lo que sólo existe a nivel, digamos, por quedarnos en lo más básico, de un puro anuncio?.<br />
<br />
Que de verdad, señora, que no va más allá de una cultura un tanto absurda. Abosulta y ciertamente creativa en la producción de publicidad. El trabajo real consiste en separar, tanto milagro inventado para la pantalla de su televisor, de la tremanda y maravillosa realidad. Y eso se consigue con la simple fórmula de echarse a leer, estudiar, o, aún más fácil se lo pongo, distraerse un poco de pretender todo el día la perfección de escaparate que trae de cabeza a media humanidad.<br />
<br />
<br />rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-10252032594273027642014-06-02T13:04:00.001-07:002015-10-20T06:04:08.409-07:00Vivir otra realidad, o ser capaz de aceptar que sigo en la vieja España<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando yo era muy pequeña, un día, en casa, andaban mis padres muy nerviosos, de un lado a otro; mi madre parecía asustada, y mi padre se afeitó su sempiterna barba. Mis hermanos mayores no fueron al cole, y vimos muchos dibujos animados en la tele. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En aquella época a los niños se los callaba pronto cuando preguntaban, con un «nada que a ti te pueda importar». Yo era demasiado pequeña para preguntar, y aquel día lo pasé realmente muy bien. Lo he reconstruido en mi memoria con retazos de los demás. Realmente, tengo una vaga imagen y una gratificante sensación de bienestar al volver tantos años atrás.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pero hube de reconstruirlo, ya lo creo, porque aquel día murió nuestro inenarrable caudillo Francisco Franco Bahamonde. La siguiente imagen sensorial es de aire fresco, mis padres contentos, y un señor firmando algo muy importante en el Congreso. De esa imagen, que sí es claramente mental de blanco y negro, conservo con toda claridad a unos niños rubitos y muy bien puestos, afianzando la figura de quien entonces representaba la nueva España: Don Juan Carlos I de Borbón _y V de Traumatología; este título se lo concedieron ya después, con los años_.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy, aquel señor tan formalito, con unos niños y una esposa tan bien educados, me ha dado una media alegría. Nuestro Rey, porque se ha hecho tan nuestro como la pata de jamón y el recibo de la hipoteca, ha abdicado. Un «ni fú ni fá» le doy al notición del año, si ahí nos quedamos. Mi reclamación es tan clara como la de tantos españoles que a estas horas andan en manifiesto general por todos lados. La calle y el mundo cíber, cada vez menos alternativo y más real, están hablando.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Puedo tener ahora más o menos la edad que entonces tenía mi madre. Yo no tengo miedo. Por carácter, momento social y otras cuitas que no vienen al caso, yo tengo energía y una fe maltrecha. Tengo ganas de que España se despierte y madure. Llegue a la mayoría de edad, después de tantos años dando saltitos entre la adolescencia y la pubertad.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pasamos por el milagro de Felipe (eeeenga, vaaale); la tozudez de Aznar y su antiestético bigote; aún me recuerdo leyendo una entrevista del dominical de <i>El País</i>, cuando Zapatero se enfrentaba a sus primeras elecciones, («pseeeeé, no», me dije yo); y si las cuentas no me fallan, después nos vino el galleguillo de las bondades ocultas tras las cuentas reales del contable de lápiz en la oreja y tijera fácil, nuestro gran amigo Cristóbal Montoro, que a instancias de la vieja Europa no deja títere con cabeza.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No hay que hacer muchas cábalas para saber que esto no tiene mucho sentido. Que el sistema español es un viejo elefante (¡uy!, mira que bien traído) que aspira no más que a irse a descansar para los restos. Y toda esta pandilla venga a insuflarle aire artificial, aunque el animal se desgañite diciendo «no puedo más».</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">
<span style="text-align: justify;">El miedo de la mayoría de la sociedad ya no es el que era; ahora nos acogota la falta de peculio, la ignorancia y tantos años de malsano e irreal Estado de Bienestar. Demasiado miedo por perder pensiones ridículas y empleos que ni me paro a calificar. Muchos aún piensan que manda nuestro presidente de Gobierno en lugar de las grandes compañías y los grandes estados puestos a su merced; o, por lo menos, en alegre comandita.</span></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nuestro pobre PP se atreve con la absurda ley del aborto, las paridas de Ana Botella y poco más. No deja de ser más folclore que otra cosa, la verdad. Y aún vamos a culminar el pastel poniendo a otro rey. ¿De verdad que no hay espacio? ¿No es hora ya de que Felipe se presente a las elecciones y demuestre su valía como presidente de la III República Española?</span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-26763727997275185702014-05-28T12:01:00.002-07:002015-12-08T14:26:20.738-08:00Mi amante está en crisis o la insoportable necedad de un café<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En esta vida existe una amplia gama de opciones a la hora de presentarnos ante el otro en sociedad. Pocas veces reparamos en la tarjeta de visita que aportamos con nuestros gestos o comentarios, la simple indumentaria. Yo, personalmente, prefiero a los que sonríen, a los que se ríen la mayor parte del rato. No suelen ser, hombres y mujeres, precisamente los más lelos. Simplemente sus cerebros, considero, hacen gala como de una vuelta más de evolución. Esa es la sensación que yo tengo.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A mi me parece seriamente sospechosa la gente de cierta edad que aún conserva el luto que lleva por el mero hecho de estar viva. La crisis esta que nos tiene tan entretenidos, sobre todo porque aquí en España la trufamos con un divertido paseíllo de toretes de salón en los banquillos. Qué divertido. Pues esa crisis, LA CRISIS, lo único; a mi me está sonando ya a música fúnebre. Lenta y pastosa.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Como que fuera ya una señora muy mayor y tuviera los pies hinchados con callos. Varices, sobrepeso —sobre todo, sobrepeso—. Una visita incómoda que se ha acomodado en casa y me mira por encima del hombro, a veces hasta cuando me preparo el desayuno. Me da unos sustos, porque, a pesar de ser gorda, ni siquiera arrastra los pies por el pasillo...</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Bueno pues a esa Señora Crisis hay personas que ya la han adquirido como tarjeta de visita vital. «Chungo», se dice en mi tierra; «mu chungo». ¿Por qué? Penetra lentamente por la parte del cerebro lógica y sensata, pero si se enquista y se extiende a toda la masa gris crea estragos en los impulsos neuronales más vitales.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El otro día conocí a un chico —no hace al caso cómo ni dónde—. Quedamos —cosa más bonita en primavera— en tomar un café. Nos vimos en una terraza. Clima genial. Entorno divino. Después de los dos primeros besitos de rigor, el susodicho y yo, como suele suceder en estos casos, tiramos «p'alante» —mu de mi tierra también— con la primera conversación que se presentó.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A mi ya me pareció el día que lo conocí que mu de reírse no era el don, pero no sospeché que era uno de esos que llevan la crisis tatuada en el cerebro a la altura de la nuca, en especie de almohadilla costalera, para pasear él solito el paso de la Santa Madre Nuestra Señora del Mayor Dolor, de vida. ¡Qué barbaridad! ¿Cómo puede partir una conversación entre un hombre y una mujer —que, no nos engañemos, aquí sabe todo el mundo para lo que habían quedado— de las aves rapaces con su puntito de simbolismo a «estos políticos son unos hijos de puta, yo veo que me entiendes y eso me encanta, porque a mí las mujeres con las que solo se puede hablar de tonterías me aburren, la verdad...», me suelta el tío.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Perdona, guapo; a mí este tema en este momento me importa un pito. Dos: no es que te esté entendiendo; es que hace dos horas que desconecté; desconecté a la altura de Bárcenas, más menos; y simplemente sonrío y pienso: «Lo insulso y aburrido que estás haciéndome este momento. Que eres machista o misógino; no mola. Y que si fueras más inteligente habrías pasado ya de la política a los hechos; porque yo hablo, cada vez menos y fundamentalmente con quien me da la gana, de la crisis; que en el fondo para mí ya es un tema como muy íntimo; suelo elegir a los que le han dado una vuelta más a todo esto y, además de doblar el hombro, inteligentemente se mueren de la risa con según que aspectos de mi amiga la gorda, o con todos.»</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">«Bueno, pues ya, si eso, ya nos mandamos un whatsapp, nos llamamos, si eso.» «Pero ¿no nos tomamos una copita?», se defiende mi partener. «Uf, no puedo; madrugo mañana y...», Un «¡que me dejes!», traducido básicamente a un lenguaje de pareja que se despide en estas circunstancias, muy educada y correctamente. Llegué a casa, después de este capítulo sin mayor trascendencia más allá de lo ejemplificante del caso, y me hice la pedicura relajadamente oyendo música (espacio de las ondas bellas, en el que no habitan políticos ni tertuliamos contumaces); y con su par de velitas, mientras me pensaba yo: «Qué desperdicio de muchacho; porque mono, era mono; y qué pena de esos sus futuros nietecitos, cuando el abuelo quiera contar eso de la crisis.»</span></div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-76180554449945765402014-05-25T06:48:00.006-07:002014-06-04T00:20:27.700-07:00Mis amigos los hombres, y el jueves me divorcio por whatsapp<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tengo una teoría, probablemente a derrumbar en un plis plas por sesudo antropólogo o similar. Es la siguiente: las mujeres que hemos tenido hermanos vemos la cosa diferente.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A saber: esos detalles de él, muy suyos, que te hacen en algún que otro momento disparar las alarmas. Esas que yo, con tres hermanos varones, disparo igual. A mí me llega un punto en el que esas alarmas se me bajan solas, como por instinto, y se disuelven en un mar de comprensión, porque de una forma intangible yo os entiendo más que otras (solo «que otras»; no he dicho «que todas»).</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Puedo no compartir, no transigir. O sí; pero identifico con asombrosa facilidad los movimientos tácticos, químicos y emocionales que llevan a estos chicos a arar en según qué huertos y qué campos.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A lo mejor ni siquiera tiene que ver lo de mi fraternal masculinidad. Así soy yo, y poco más, quizá.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Desde pequeña siempre me atrajo mucho más el mundo masculino. Mucho menos aburrido a según que edades. Pronto comencé a rodearme de buenos amigos del otro bando, de los cuales, muchos gloriosamente perduran.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Largas discusiones sobre el feminismo me convencieron de que no existen territorios exclusivos. Más allá de los que natura impone. Miento; esas discusiones de hace tantos años me convencieron de que, si huelo alguna diatriba de este tipo en el aire, y aún estoy a tiempo, escapo. Si no, ¡a callarse! Meterse en esas, de mi parte te digo, y para que te lo creas, es un «paná», que se dice en mi tierra.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo que realmente me tiene convencida de que casi no existen zonas que no podamos compartir «qué bella palabra del diccionario— es que, más que menos, vamos dando los mismos pasos. Las únicas áreas exclusivas y excluyentes son las leyes que impone natura. Insisto. ¡Y pobre del que, o la que, no se las sepa a estas alturas! </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Eso es como ir con el carné de conducir sin puntos, y caducado, en esta cosa de la vida entre sexos.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un inciso: estos mandatos genéticos son muy de respetar, como trato de dar a entender, pero tienden en estos tiempos nuestras mentes a confundir imperativos de natura con según qué suerte de locuras (véanse las razones por las cuales el estrés de campaña lleva al candidato Arias Cañete a mezclar churras y merinas); o, mismamente, por qué un padre primerizo debe estar dotado de los mismos dones exclusivos del cuerpo femenino.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Aprovecho ahora —no se me vaya escapando ya alguno por la tangente— para decir que esto no os exime, naturalmente, de otras muchas obligaciones que nos hemos inventado entre todos y todas para ambos lados del binomio creador, y a veces creativo, de esto que venimos llamando «mundo».</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Concluido este párrafo que consideraba yo importante —por el matiz—, retomo:</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Soy defensora, de momento, de que, en los últimos tiempos, se nos ha ido a todos un poco la vara de medir los espacios, los terrenos, los principios y los finales de según qué cuentos. Y para mí que aquí no valen indignaciones exageradas, incluso hipócritas, y mucho menos los tirones de pelos entre ellos y ellas.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y en todos sitios cuecen habas: «No, señora, y usted no me cuente la película a su manera, porque su hija se quedó preñada el año pasado, que si no, no me salen las cuentas, por mucho Opus que le corra por las venas.»</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y es más: después del disgusto del aparentar, usted es una felicísima abuela, moderna, con whatssappiphone 6.0, de peluquería de la muerte, antes que sencilla... Y su marido la abandonó por... aquellas cosas de la vida. Y usted está casada por segunda vez con un señor de tercera mano.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">De manera que, si mal no cuento, esto va ya por la tercera generación de digamos... ¿descoloque?, prácticamente, punto arriba, punto abajo.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Con lo cual se imponen la inteligencia, la paz, el respeto y la cordura. Y a minimizarlo todo, bajando lo más rápidamente de la rabia a la risa.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Yo he llegado a tal punto zen («nirvana», diría yo) en estos tiempos, que me divorcio por whatsapp.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Esto es rigurosamente cierto. Firmo por ello cualquier declaración ante notario, si el interesado, o interesada, paga el servicio. Y ¡ojo!, firmo un m-u-t-u-o a-c-u-e-r-d-o, buen rollito (sea tu karma bendito por siempre, querido ex, por siempre jamás, amén).</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mensaje textual de mi futuro exmarido: «Ya está mi abogada en contacto con tu abogado, me ha comentado. Creo que el martes está listo para firmar. No me llames, que mi novia no se lo toma bien. Un besito. Gracias.» ¡¡¡Toma ya!!!</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y es que ya ni me pregunto, después de semejante virguería que me he currado: «Pero ¿a esta chica qué le pasa?»</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No tengo el gusto de conocerla, gracias.</span></div>
rocicata60http://www.blogger.com/profile/15790685083386330321noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-97695608138446773.post-9802107689086646002014-05-24T00:23:00.001-07:002014-06-04T00:17:38.880-07:00Es viernes, ¿nos hacemos uno?.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Anoche recibí un whatsapp de un señor con el que algo hubo. Viernes, tarde de amigos y de copas. Viernes noche: ¡toca!</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hallábame yo, pues, con Bach en todos los sentidos y en ubicación perfecta de sofá, charlando con un amigo de lo efímero de la existencia y lo importante de buscar la felicidad en uno mismo, sin pretender imponerla al de al lado, más que nada por tratarse de un esfuerzo fútil y sin sentido.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Habitualmente mi teléfono —ese invento hijo de dios y del diablo al mismo tiempo— en este tipo de circunstancias está mudito. No fue ese el caso de ayer.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Transcribo: «Estoy por tu antiguo barrio tomando unas copas, qué haces». Mi respuesta fue más allá del simple saludo. Trataba yo de trasladarle el momento tan agradable en que me encontraba. Detallé la felicidad de un viernes sin pretensiones ni barullos; hice hincapié en la alegría sincera que me daba que anduviese cerca, e incluso me ofrecí a un encuentro.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">«Quiero follar», leo, no sorprendida, pero impávida. «Yo también», jugué. «¿Sí?, ¿conmigo?, ¿a cambio da nada?». «¿A cambio de qué habría de ser?» «¿De una relación amorosa?", pregunto. «Sí», se defiende. «No, no te preocupes, ya no me interesa», miento mientras voy tomando plena conciencia, con satisfacción, de que efectivamente así es; perdone, es rigurosamente cierto: yo a usted no quiero volver a verlo.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No quiero una relación con semejante monstruito, pensaba, por más que mis hormonas hayan andado entretenida con su entrepierna un mes; es que a veces me confundo. Y me confundo mucho.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por el simple hecho de ser mujer, o quizá por el simple hecho de ser yo, tengo una habilidad pasmosa para confundir mis partes íntimas con lo más íntimo y preciado que tengo, que no dejo de ser yo misma y mis sentimientos.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Con gran rapidez, en definitiva, equivoco amor y sexo. Yo sí. Este vagabundo del porno de anoche se ve que no. Y es grave el caso suyo, pienso, oso, aludo. No es nada agraciado físicamente, de carácter hummm, digamos... ¿agrio?, de extraña verborrea e incultura de estudio.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pero este señor, que merece como ser humano todos mis respetos, no es el problema. El problema era yo. Y digo «era» porque por suerte he cumplido ya unos añitos.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sí, la cuestión es la siguiente: en mi educación infantil, el falo, como tal, no tuvo ni nombre; mucho menos, entidad o mera existencia. La adolescencia me pilló confundiendo el príncipe azul de Blancanieves y Sissi Emperatriz con las lecturas de Henry Miller y Anaïs Nin, amén de kunderas varios. Mire usted, oiga: de verdad, así no hay quien se entienda.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y andamos hablando de cosas muy muy serias. Incluso de reproducirnos en nuestros propios errores de pareja, o simplemente con el sexo contrario, una y otra vez. O aun más grave, y con muchas peores consecuencias: reproducirnos como especie. Recordemos que pocas, poquitas de nosotras, vamos por la vida sin el dichoso «reloj biológico» encendido. Y ese salta; ¡uy!, que si salta. Que se lo digan a mi draculín de anoche, que tiene partida doble de machitos.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Parte de su misoginia proviene de esta coyuntura. Para él, con pocas luces, criaturita, coyuntura mal digerida. Aunque diré en su favor que cuida torpe y zafiamente de su prole, pero con pasión y ahínco (tema será de otro momento la transmisión de valores educacionales padre-hijo, al respecto del tema que ando burdamente mascullando).</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Suelen subvenir estos casos en grandes cantidades de rencor y resentimiento. Me explico: viene ese mal vahío, que en la mayoría de las ocasiones perpetúa y se hace eterno, contra aquellas que tan bien la chupaban, a las que les saltó el despertador y ya para lo único que se suele hablar con ellas es para discutir sobre horarios, fiebres varias y dinero.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por bien de los años, mi propia experiencia y las de otros y otras que por suerte me rodean, ya sé salir indemne y elegantemente de estos torpes intentos y desvaríos. </span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En dos golpes de teclado táctil acabé con la calentura de mi amigo, apuesto más bien por una masturbación prehistórica y un ronquido; pero, bueno, eso ya no hace al caso; el pene y el tiempo eran suyos; y ya voy haciéndome a la idea, aunque me costó bastante en un principio, de que no siempre estoy presente cuando un señor se lo hace conmigo.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Yo continué en el mismo sofá con mis otros dos varones; recuerdo: Bach y mi amigo. Pelín tocada e imponiendo cambio de tercio en la conversación, pero sin grandes ademanes ya de «explícame tú, que también eres hombre, ¿de qué coño va este tío?» En absoluto; fue más bien un giro sutil hacía los abismos insondables entre tantos seres, hombres y mujeres, tan distintos.</span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y toda esta suerte de capotazos sin cruzar la voz con el susodicho, que para eso tenemos el whatsapp, hijo igualmente de dios y del diablo, que a mí anoche me pareció el mejor invento después de la luz eléctrica. Esa que te aconsejan las amigas que dejes a medio gas con tus primeros amoríos.</span></div>
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