En esta vida existe una amplia gama de opciones a la hora de presentarnos ante el otro en sociedad. Pocas veces reparamos en la tarjeta de visita que aportamos con nuestros gestos o comentarios, la simple indumentaria. Yo, personalmente, prefiero a los que sonríen, a los que se ríen la mayor parte del rato. No suelen ser, hombres y mujeres, precisamente los más lelos. Simplemente sus cerebros, considero, hacen gala como de una vuelta más de evolución. Esa es la sensación que yo tengo. A mi me parece seriamente sospechosa la gente de cierta edad que aún conserva el luto que lleva por el mero hecho de estar viva. La crisis esta que nos tiene tan entretenidos, sobre todo porque aquí en España la trufamos con un divertido paseíllo de toretes de salón en los banquillos. Qué divertido. Pues esa crisis, LA CRISIS, lo único; a mi me está sonando ya a música fúnebre. Lenta y pastosa. Como que fuera ya una señora muy mayor y tuviera los pies hinchados con callos. Varices, sobrepeso —sobre...